Entrevistamos a… María Ángeles López

Coordinadora control gestión

María Ángeles lleva casi 28 años formando parte de la familia Isaval. Entró con tan solo 23 años y desde entonces ha desarrollado su carrera en el Departamento de Administración, donde hoy gestiona la relación con clientes y la parte de cobros. A lo largo de este tiempo ha vivido de primera mano la evolución de la empresa, desde la pequeña nave de sus inicios hasta las actuales instalaciones, siempre con la misma ilusión y compromiso.

Para ella, Isaval es mucho más que un lugar de trabajo: es una familia.

En primera persona Maria Angeles Lopez

 

 

¡Hola María Ángeles! Para empezar, cuéntanos un poquito sobre ti y qué papel desempeñas actualmente en Isaval.

Hola, soy María Ángeles, creo que me conoce prácticamente toda la empresa. Llevo muchísimos años aquí y ahora mismo estoy en el Departamento de Administración. Llevo el tema de gestión de clientes, sobre todo en la gestión de cobros de los clientes.

 

Después de más de 25 años en la empresa, ¿cómo fueron tus primeros días y qué recuerdas de esa primera época?

Voy a hacer 28 años ya en la empresa, que se dice en pronto. Y la verdad es que cuando entré era una chiquilla, tenía 23 años y, como muchas veces dice el señor Isaac, casi que me he criado aquí. Esto es mi familia ya prácticamente.

La verdad es que mis inicios los recuerdo con mucha añoranza. Isaval era una empresa para mí grande, porque tenía 30 trabajadores. Imaginaos ahora con 450. Yo veía esto que era enorme… Me acogieron súper bien, era la más pequeña de la empresa casi, y bueno, son recuerdos que tengo muy, muy, muy bonitos, la verdad.

 

Bueno, seguro que todos estos años habrás vivido anécdotas divertidas, curiosas…

Ahora mismo anécdotas no se me vienen a la cabeza, pero sí que recuerdo las comidas de Navidad, porque empezábamos comiendo, continuábamos cenando y acabábamos desayunando en cualquier sitio. Además, todos los que íbamos… La verdad es que eso lo recuerdo mucho y lo echo de menos, que hubiese ese ambiente, sí que es verdad que éramos menos gente y se podía hacer.

 

Has vivido muchas etapas y cambios dentro de lo que es la empresa, incluso antes de mudarnos a esta fábrica actual, hace 20 años. ¿Qué recuerdos tienes de aquellas instalaciones antiguas?

Era una nave pequeña, pero bueno, tenía su encanto. Tenía un hall con una escalera. No era circular, pero bueno, era una escalera así que rodeaba. El señor Isaac nos tiraba las guías telefónicas desde arriba para asustarnos cuando estábamos abajo en la recepción. Eran momentos agradables y los recuerdo con cariño. Era una recepción diferente a la que es ahora, se vendía al público.

 

¿Cómo fue para ti ese traslado a las nuevas instalaciones y qué significó en tu día a día?

Pues la verdad es que el traslado era una cosa emocionante porque pasábamos de una nave pequeña a una nave enorme. Todo nuevo.

Entonces era una emoción el venir aquí y estar en unas instalaciones nuevas, amplias, estrenar todo… Era emocionante, la verdad. Y en el día a día cambió el que yo estaba a dos minutos de mi casa, que podía ir prácticamente andando, a tener que coger todos los días el coche y venir hasta aquí. Pero se hacía con ilusión porque ya te digo, era nuevo. Y venir a un sitio nuevo donde tú lo estás estrenando todo, era guay.

 

A lo largo de los años tus funciones también han ido evolucionando. Empezaste en un rol diferente al que ocupas hoy. ¿Cómo ha sido esa transición?

La transición ha sido poco a poco. Yo empecé en el Departamento de Administración como administrativa y poco a poco he ido creciendo. Creo que he ido demostrando mi implicación, mi saber hacer… Han ido confiando en mí, me han ido dando responsabilidades y he sabido solventarlas. Al final ha sido un proceso de muchos años.

 

Si miras atrás, ¿hay alguna etapa que recuerdas con especial cariño o que marcaron punto de inflexión en tu carrera dentro de Isaval?

Hay varios momentos. Sí que es verdad que yo creo que cuando vinimos aquí fue el momento clave de empezar a cambiar en mi carrera. También es verdad que conocí al que ahora es mi marido, que también trabaja aquí, que lo sabéis todos. Y yo creo que ese fue el momento clave para cambiar.

 

¿Cómo es un día típico para ti actualmente en Isaval?

Un día típico para mí es pelearme con todo el mundo. Me peleo con clientes, me peleo con los compañeros porque quiero que se cobre todo, quiero que esté todo al día. A veces sé que soy muy pesada, pero bueno, es lo que toca en mi puesto de trabajo.

 

Combinas la parte de finanzas con la secretaría de dirección, dos áreas que son a priori diferentes. ¿Qué es lo que más disfrutas de esa variedad de responsabilidades?

A mí me gusta ser muy organizada. Entonces, el tema de las finanzas y el control de gestión que llevo de los clientes, pues me gusta hacerlo porque me gusta que todo se lleve al día, que esté todo cuadrado, que esté todo bien.

Y en cuanto al tema de la secretaría, es completamente diferente, pero todo viene relacionado. Pues me gusta organizar las cosas, me gusta que se lleve todo bien, entonces me gusta hacer las dos cosas.

 

¿Y cuál dirías que es tu mayor reto en tu trabajo hoy en día?

Mi mayor reto sería que se cobrase todo lo que vendemos, que se llevase todo al día, que no hubiese incidencias. Estoy en ello y espero conseguirlo, pero es un reto bastante importante.

 

Después de tantos años, ¿qué valores crees que hace que Isaval sea diferente a otras empresas?

Yo creo que el principal valor que tiene Isaval es el compromiso que tiene con los clientes. El tratarlos como personas, de tú a tú, el ponerles nombre, no considerarlos simplemente un número. Eso lo hace especial.

Luego el compromiso que hay tanto con clientes como con empleados, la familiaridad que aporta. Todo es fundamental.

 

Con tu experiencia, ¿qué consejo le darías a alguien que empezara hoy en Isaval?

Bueno, yo le diría que observase, que aprendiese de los compañeros, que preguntase. Se pueden cambiar muchas cosas, como en todos los sitios, pero yo creo que las cosas se tienen que cambiar una vez has aprendido cómo se hacen.

Sobre todo, que observe y que aprenda y que pregunte.

 

¿Qué has aprendido en este recorrido que te ha marcado tanto en lo profesional como en lo personal?

Me ha ayudado a gestionarme yo mejor las cosas, a intentar hacerlas mejor. Entonces, el observar a la gente cómo lo hace o cómo puede resolver problemas, yo lo he aplicado en mi día a día y en mi trabajo y creo que es una de las cosas que, a día de hoy, me aportan bastante.

 

Si tuvieras que definir a Isaval en una sola palabra, ¿cuál sería?

Familia.

 

Mirando tu trayectoria, ¿de qué momento o logro te sientes más orgullosa?

De llegar hasta donde he llegado. De poder estar aquí y seguir creciendo, que espero que no pare.

 

Y ya para terminar, ¿qué es lo que más te motiva a seguir formando parte de Isaval después de tantos años?

Pues mira, me motiva el crecimiento que tiene la empresa y las nuevas tecnologías que se están adaptando. El tema este de la inteligencia artificial me parece emocionante y uno de mis retos es poderlo implantar en lo que hago para poder ayudar a la compañía a estar al día.