Entrevistamos a… Susana Jiménez

Responsable de Atención al Cliente

Susana cumplirá, el próximo 18 de mayo, 25 años en Isaval. Su extensa trayectoria ha ido muy ligada al crecimiento de la propia compañía, pasando por diferentes puestos hasta liderar su propio departamento. Como ella misma reconoce: «Entré justo en ese momento en el que todo en Isaval empezó a cambiar».
Hoy queremos conocer a una persona perseverante y que se ha adaptado a todos los cambios que se han puesto en su camino durante estos 25 años en la compañía. Hoy queremos conocer a Susana Jiménez.

Susana Jimenez

 

   

 

 

Buenos días. Para empezar, cuéntanos un poco sobre ti: ¿Quién es Susana? ¿Cuánto tiempo llevas en Isaval y cómo ha sido tu trayectoria?

Soy Susana, como muchos me conocéis y otros me empezarán a conocer. El próximo 18 de mayo cumpliré 25 años de relación laboral con Isaval y, bueno, son muchos años en los que he hecho muchísimas cosas. Desde que empecé me cogieron primero para Administración y al poco tiempo me pasaron a llevar la ISO 9001 de gestión de calidad. Pasé como 2 o 3 auditorías. Después me pasaron a llevar un poco el control del almacén. Posteriormente me subieron al laboratorio, donde estuve 3 años que se dicen pronto, y estuve encantadísima, muy a gusto, aprendí un montón.

Después fue cuando me pasaron a recepción que era atención al público, venta al público directa, recogida de pedidos por teléfono o vía fax, hacer albaranes, llamar a las agencias… Era todo lo que ahora está distribuido en departamentos. Ahí empecé con Lola Melchor, pero al poco tiempo me quedo sola porque ella se fue de comercial cuando se jubiló Ricardo. Ahí empezó el gran cambio de Isaval y el mío personal y laboral también.

 

Nos ha chivado un pajarito que no eres valenciana. ¿Qué le trae a una madrileña como tú a Ribarroja del Turia?

Pues me trajo que mi marido estaba trabajando aquí y yo empecé a pasar los fines de semana y vacaciones aquí. Pero llegó la época de decir si nos casamos o no nos casamos. Esto había que arreglarlo y decidimos casarnos y venirnos a vivir a Valencia porque es una estupenda y maravillosa ciudad, hay que reconocer. Se vive muy bien y muy a gusto, así que nos pareció muy buena idea.

Yo tenía que dejarlo todo: dejar mi trabajo de 5 años con mucha pena, a mi familia y a todos mis amigos. Pero bueno, era dar el paso. La juventud es lo que tiene, no tienes miedo a nada. Y por eso me vine aquí.

 

Y viniendo desde allí, ¿cómo conoces Isaval?

Yo ya conocía Isaval. De hecho, era la única referencia que tenía de una empresa donde presentar un currículum. La conocía porque yo trabajaba en Arganda del Rey y la empresa en la que trabajaba se dedicaba a los productos químicos para la construcción. Cuando llegaba la época de las piscinas encargábamos a Isaval de Arganda que nos envasara el Clorocaucho Piscinas en envase anónimo para luego etiquetarlo. Entonces mi compañera Gema era íntima amiga de Fátima y, por eso, yo conocí a Fátima también, no personalmente ni la relación que tenemos ahora por supuesto. Pero fue lo que me llevó a decir si nos gusta Valencia para vivir, tenemos un referente de empresa donde puede que pueda trabajar y ese fue el paso que di, el de presentar el currículum,

Me cogieron para una primera entrevista y me entrevistó Paco Vallejo. Me volvieron a llamar para una segunda entrevista que ya la hice con Inma y Ximo, y me dijeron que me llamarían y me llamaron. Y desde entonces hasta ahora han pasado 25 años.

 

Nos has contado que has pasado por diferentes puestos de trabajo dentro de Isaval hasta llegar al actual, ¿cómo nace el departamento que lideras?

El departamento en el que estoy ahora no existía. Era lo que he explicado antes, que era lo que era recepción.

Yo creo que entro justo en un momento en el que se estaba gestando el cambio generacional. Ya estaban por allí Santiago, Paco, Inma… Pero también estaba el señor Isaac, el señor Víctor,  el señor Pascual… Y yo creo que entro justo en ese momento en el que todo en Isaval empezó a cambiar. Empezando por la parte que más me afectaba que era la parte de pedidos, almacén, albaranes y agencias… Cambiar del almacén fijo fue un poco caótico hasta que todos nos acostumbramos y, al final, lo conseguimos y lo sacamos adelante. Ahí empezó ya todo, porque tampoco existían departamentos diferenciados como tal, sino que existía gente que hacía las funciones de un tipo de departamento. Fue entonces cuando empezó a moverse y a crecer todo. Después vino el traslado, cambios de almacén, cambios de sistemas…

También la digitalización con el correo, que fue una revolución total y absoluta, cuando empezó aquello del correo electrónico.

 

¿Cuál es la máxima de tu departamento y cómo hacéis que se cumpla?

La máxima en el departamento que lidero, acompañada de un grupo de personas que saben llevarme y yo sé llevarlos, es que nos vayamos de aquí todos los días sabiendo que el cliente está total, completa y absolutamente satisfecho con lo que nosotros hacemos y todo lo que Isaval hace.

Porque no solamente es nuestro departamento. Nuestro departamento depende de muchos otros departamentos, que son clientes internos a su vez. Entonces esa es mi máxima.

 

¿Cómo gestionáis las expediciones para cumplir con la premisa de entrega?

En las expediciones, los pedidos se reciben a través de correo electrónico básicamente; ahora con el B2B también algunos; por teléfono sigue habiendo pedidos también; las tiendas, que ya somos 63 tiendas, te están pasando continuamente pedidos… Entonces lo que se hace es establecer unos plazos.

En todos los pedidos que entran hasta las 12 de la mañana, el cliente puede contar con casi total seguridad, al 100% o al 99%, que el pedido va a salir en el mismo día. Ese es uno de los grandes objetivos que, por ahora, se está cumpliendo.

Una vez que ya tienes todos los pedidos hasta esa hora, ya es gestionar qué es lo que puede salir en el día, qué no puede salir en el día, si es un pedido especial, si tiene plazo de entrega… En fin, son muchos los condicionantes que tienen muchos pedidos.

 

La digitalización trae consigo nuevas herramientas para facilitar el trabajo. En este sentido, ¿qué ha supuesto B2B?

El B2B al principio nos asustó un poco, a mis compañeros más, a mí menos porque no me asusta casi nada. Yo les dije que se tranquilizaran, que esto tenía que empezar a moverse y que Isaval no es solamente una empresa de grandes cuentas, hay muchas cuentas pequeñas que esa gente te llama por teléfono o te pasa un correo rápidamente y te pasa el pedido. No se entretienen en mirar porque no saben cómo se llaman las cosas, sino que te las piden a su manera y de su forma. Va bien porque va muy bien. No todos los clientes pasan pedidos por el B2B pero se ha notado.

 

El trabajo de gestionar pedidos es muy ajetreado, pero, ¿cómo sería un día de trabajo normal en tu vida?

Un día a día normal en mi trabajo es, desde que llego hasta que me voy, estar pendiente de todos y cada uno de los pedidos que me entran en la gestión de solicitudes del ERP.

Ver qué características tiene cada pedido, si hay stock, si no tiene stock, si tienes que lanzar a tintometría, si es fabricación especial, si es fabricación normal, pero hay rotura de stock mandar el correo a quien corresponda para que te den plazos de fabricación… Así todo el día. Tanto en pintura como en No Paint, suelos, SATE, que es otro mundo a parte también que ha costado gestionar pero lo vamos consiguiendo poco a poco.

 

Cambiando un poco de temática, cuéntanos alguna anécdota divertida que hayas vivido en Isaval.

Anécdotas… Pues imagínate, en 25 años hay anécdotas malas, buenas y regulares. Pero bueno, yo hay una que recuerdo con mucho cariño:

Teníamos un compañero que se llamaba Enrique. Cuando empezamos con todo el cambio del ERP fue bastante estresante. Superamos todos los niveles de estrés. Era todo a base de notas, de post-it… Un día en un post-it le apunté un número y me viene Enrique y me dice: “¿Esto de Yu qué es?” Y le digo yo: “¿Dónde pone Yu? Pone 40 Enrique”. Y me dice: “¿Eso no es un Yu?” y le respondo “No, eso es un 40”.

Pues desde entonces empezó toda la fábrica a llamarlo Yu. La anécdota es que, después de un tiempo, Inma, nuestra Inmaculada Vallejo, me llamó y me dice: “Susana, es que estoy buscando en un listado Yu, el nombre de Yu, y no lo encuentro por ningún sitio”. Y yo le digo: “No Inma, ni lo vas a encontrar, se llama Enrique” (ríe). Lo que pasa es que ya no trabaja con nosotros. Se marchó. A final se quedó con el Yu y yo le recuerdo con mucho cariño.

 

¿Qué es lo que más valoras de Isaval?

Lo que más valoro de Isaval es el carácter humano que, desde hace mucho tiempo, notas que tiene mucha gente y que entre todos podemos llegar a tener.

La seguridad y la confianza que me da el que te dejen trabajar libremente, porque confían en ti. La confianza que tú les das y ellos te dan mutua para poder llevar un trabajo a cabo.

 

¿Qué es para ti Isaval?

Para mí Isaval, como te puedes imaginar viniendo como vine, sin conocer a nadie, sin trabajo, a la aventura, a la locura, a lo que hubiese que hacer, ha sido todo. Me dio la oportunidad de entrar y conocer una ciudad, de adaptarme a esa ciudad, adaptarme a la gente de esa ciudad, para mí eso es principalmente Isaval.

Luego lo a gusto que siempre he estado trabajando, a pesar de todos los cambios que he ido teniendo a lo largo de estos 25 años. Para mí es la oportunidad que me dieron y que sigo teniendo

 

Ya para terminar, ¿qué consejo le darías a alguien que acaba de empezar en Isaval?

Yo el consejo que le daría, y que le doy a muchas personas que me han venido a contar cosas y querían tirar la toalla, es que Isaval es una empresa en la que si tú tienes perseverancia, constancia, responsabilidad y ganas de trabajar te puedes asegurar trabajo por mucho tiempo.

Tienes que tener ganas de trabajar y ser responsable, porque para mí la responsabilidad, la constancia, el sentido común y la implicación sobre todo son fundamentales para cualquier puesto de trabajo y para cualquier cosa que hagas.